jueves, 29 de mayo de 2014

El dia que nació Vega

Para lo hipocondriaca que puedo llegar a ser tengo que decir que durante el embarazo me sorprendí de manera muy grata a mi misma, me lo tomé con bastante calma y tranquilidad, me encontraba yo muy zen oye y la verdad es que sí no hubiera sido por las tan temidas angustias casi que ni me hubiese enterado. 
En todas las revisiones a las que íbamos nos advertían de que Vega estaba como de 2 semanas más aproximadamente, con lo cual yo me hice mi propio esquema mental y decidí que mi hija nacería el 15 de septiembre, coincidiendo con el aniversario de nuestra boda, ahí es nada!!! y me quede más a gusto que un arbusto. Luego eso no fue así y Vega nació cuando tenía que nacer. 

Fue puntual como un reloj suizo, el 29 de Septiembre salía de cuentas y el 29 de Septiembre a las 5am rompía aguas. Previamente habíamos tenido varias falsas alarmas, para a exactos 2. Una fue tres días antes, habíamos decidido ir al cine cuando Borja terminase de trabajar (sabíamos que en los próximos meses iba a ser materialmente imposible el hacerlo) y nos tocó cambiar de planes, en lugar del cine iríamos al hospital Clínico. Con cada paso que daba notaba un pinchazo donde ya sabéis que hacia que tuviera la sensación de que la niña se iba a salir.  Cuando llegamos y me reconocieron nos dijeron que el pinchazo era que la niña se estaba encajando, que era normal y que no me preocupara. 

Al día siguiente, y siguiendo las recomendaciones de mi matrona para favorecer el proceso del parto, después de una larga caminata nos pusimos un tanto cariñosos y paso lo que tenia que pasar. Cual fue nuestra sorpresa cuando que en cuestión de 10 minutos me puse con contracciones (0 dolorosas) primero cada 5 minutos luego cada 4' y así hasta tenerlas cada 3'. Como no me dolían aguantamos bastante en casa, pero como no se me pasaba decidimos acercarnos per si de cas. Cuando me pusieron los monitores me dijeron que llevaba dinámica de parto, hablando claro, iba a full! 
En el reconocimiento el ginecólogo me dijo que no estaba de parto pero que con esos monitores me tenía que quedar. Pasamos la noche y todo el día siguiente hasta las seis de la tarde que me volvió a reconocer y fue entonces cuando me comentó la posibilidad de irme a casa si quería porque la cosa se había parado bastante. Sin pensarlo dos veces cogí mi petate y a casa que me fui, ya sabéis eso que dicen de que como en casa no se está en ningún sitio. 

Sabía que no tardaría en volver pero todo lo que fuera ahorrarme días de hospital era algo que sabía iba agradecer. Esa misma noche a las 5 am rompía aguas y ahí ya no había duda posible, por fin Vega se había decidido a nacer. 
A las 10 am entrábamos por la puerta del hospital con alguna contracción que otra pero nada del otro mundo. A lo largo del día la cosa se iba animando y lo que al principio a penas era una molestia, ya empezaba a picar, pero vamos, nada que no fuera soportable. El hecho de que sea un dolor puntual de aproximadamente 30 segundos cada cinco minutos hace que sea bastante llevable. De hecho, entre contracción y contracción me comí un bocadillo de tortilla de patata (los antojos no me abandonaron ni en el último momento) ante la atenta mirada de mi madre que no se lo podía creer e intentaba persuadirme. 

A eso de las 00:00 de la noche me bajaron al paritorio y sabía que la próxima vez que volviera a la habitación sería con mi pequeña en brazos.  Me pusieron un gotero de oxitocina y a continuación la epidural, y desde ese momento hasta el momento en el que me pusieron a Vega encima no me enteré de nada. Cero dolor, estaba ahí como podía estar tumbada en el sofá de mi casa, bendita epidural!!! 
Borja estuvo en todo momento a mi lado, de hecho llego a tocarle la cabecita a Vega cuando estaba saliendo y fue él quien cortó el cordón umbilical. Lo recuerdo como algo precioso, fue un momento lleno de magia y de esos que sabes no vas a olvidar nunca jamas. Mucha culpa de que así fuera la tiene el equipo de matronas que me asistió, chapó! Con qué cariño y delicadeza hacían todo. Eran las 3:30 am y por fin tenía a mi niña preciosa, un bollito de 3,780 kg y 52 cm. Me la pusieron desnudita (sólo llevaba el pañal) sobre mi pecho y nos dijeron que no la vistiésemos hasta que no pasasen unas 3 horas porque al principio era bueno mantener el contacto piel con piel. Y así salimos del paritorio, como habíamos entrado, juntitas. Fuera nos esperaban ansiosos la madre de Borja, mis padres y mis hermanas, que no podían parar de decir lo bonita que era Vega. 

En el paritorio nada más nacer

Pasamos lo que quedaba de noche muy tranquilos, eso sí, despiertos, Borja y yo no podíamos parar de hablar. Estábamos tan ilusionados que al ponerle el pijama (de estos que parecen un saquito) ninguno de los dos nos dimos cuenta de que le venía pequeño, fue mi madre la que al día siguiente nos dijo que si no nos habíamos dado cuenta de que la pobre estaba como una ranita, con las piernas encogidas, Ay estos padres primerizos!!! 
El día siguiente fue un ir y venir de familiares y amigos que estaban locos por conocer a la princesa de la casa y nosotros encantados de la vida, menos mal que mi compañera de habitación era muy mona porque dimos bastante lata, es lo que tiene tener una familia numerosisima. 
Os dejo la foto que me hice a lo Paula Echevarría al salir del hospital, yo no iba a ser menos!!!  :) 
A lo Paula Echevarría! 
 Chaoooo! 



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