miércoles, 4 de junio de 2014

Al agua patos!!!

Al poquito de nacer Vega nos pusimos a buscar información sobre cursos de natación para bebes. La primera decisión que tuvimos  que tomar fue elegir que método de aprendizaje queríamos para Vega, queríamos que fuera a clases donde el método empleado fuera el de ensayo-error o por el contrario queríamos algo más progresivo, es decir, algo donde el primer contacto con el mundo acuático fuera algo más suave. Si de libros estuviésemos hablando es como si tuviéramos el método estivill por una parte y el bésame mucho por otra En la primera opción suelen ser clases donde tu bebé tiene un profesor para el solito con quien hace los ejercicios mientras tu lo observas desde la grada o a través de un cristal. En cambio, en la segunda opción es el papá o la mamá quien se mete en el agua con su bebé y junto con otros papas van siguiendo las instrucciones que el profesor va dando. 


Borja y yo teníamos claro que era lo que buscábamos, queríamos que desde pequeña se familiarizara con el mundo acuático con el objetivo de que fuese algo que viera como normal e intentar evitar así futuros miedos. Ese era el principal objetivo, que se lo pasara bien y disfrutara con nosotros en el agua, así que estaba claro, necesitábamos una piscina de las de "bésame mucho". 
Encontramos una cerquita de casa, la piscina del complejo deportivo la Patacona, un complejo con instalaciones muy cuidadas y con bastantes opciones a la hora de elegir horario. 

El primer día de piscina de Vega fue muy divertido, mi sirenita particular estaba como pez en el agua, encantada de la vida chapoteando de un lado para otro. La clase a penas dura media hora y la verdad es que en mi opinión es el tiempo justo, al ser tan pequeñitos cuando llevan 20 25 minutos se les nota cansaditos y en el caso de Vega, le empieza a entrar sueño y pasamos de sirenita a bella durmiente en cuestión  de segundos. 
El primer día el profesor mandó un ejercicio súper difícil, sobretodo para mi, teníamos que sumergir a nuestro inocente bebé al menos tres veces. Yo que soy mucho de leer el pensamiento pude ver en la cara de mi hija que con una vez tendría más que de sobra, así que eso hice, cual niña pequeña disimulé y me escabullí como pude (lo peor de esto es que llegas a creer que el profesor no se ha dado cuenta). 

La segunda clase tocaba meterse al agua con papá, no se quien estaba más emocionado si papá o Vega. Borja no se lo pensó ni un segundo y se comportó 
como un alumno ejemplar, hizo todo aquello que el profesor mandó (él no tiene
el poder de leer la mente de Vega) y para sorpresa mía Vega ni se inmutó, es más, yo creo que hasta le moló. 
La verdad es que nos lo pasamos muy bien en la pisci, Vega esta encantada en el agua y nosotros más al verla! 

Vamos que nos vamooooss! 





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