En cuanto te descuidas pasas de tener un bebe que apenas es capaz de fijar la mirada en un punto a un "bebe" que se parte de risa cuando te ve hacer el payaso.
Pues sí, crecen muy rápido y aunque a veces me gustaría que se parase el tiempo, tengo que reconocer que no hay nada que me guste más que ver los avances que mi pequeña hace día a día.
Todo se convierte en especial, el primer baño, el primer paseo con Niza (la hermana peluda de Vega), el día que se da cuenta que tiene manos, el día que se da cuenta que tiene pies (en el caso de Vega fue más motivador sí cabe ya que el pie en la boca le cundía mucho más), el día que fue capaz de sostener su cabecita ella sola o de reconocer una canción como su favorita, su primera papilla, su primer baño en la piscina, su sonrisa de cada mañana al despertar... y así podría poner cien mil ejemplos más.
Cada etapa tiene su cosa, y es verdad, de recién nacidos inspiran una ternura inexplicable, te necesitan tanto que te pasarias horas observándolos y a los meses, aunque seguirías pasandote horas observándolos, la ternura del principio se convierte en una dura lucha interna para no acabar comiéndotelos de un bocao.
Probablemente la clave esté en disfrutar de cada etapa al máximo, sín prisas de que llegue una nueva, saboreando cada momento, despacio, con calma... Así que ya sabéis, todos aquellos que tenéis babies, a disfrutarlos, que crecen muy rápido!!!
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